Atarte tus Sliwils como si fueran unos cordones normales es como ir a un restaurante Michelín y pedirte un lomo-queso, o comprarte un Ferrari solo para ir a hacer la compra: un desperdicio.
Riza el rizo, ¡átate tus Sliwils con estilo!
Todo sobre tus Sliwils
Trátalos con amor
Conocemos a los Sliwils como si los hubiéramos parido, y podemos afirmar que tienen sus sentimientos. Si los tratas con delicadeza y dulzura, pasándolos por los ojales lentamente, reducirás el riesgo de romperles no solo las puntas, sino también el corazoncito.
Prepárales un baño
¿Quién dice que no a un baño calentito cuando llega la noche? A los Sliwils les gusta el agua a 30º, con su jaboncito perfumado y su masajito a dos manos. Así, después de haberse pateado las calles todo el día, se quedarán más a gusto que un bebé en brazos.
Sécalos
Cuando estén limpitos y relucientes, sécalos con el secador y déjalos descansar en un lugar fresco y libre de humedad. Al día siguiente, no les pongas gel fijador, que vayan presumiendo pelazo al viento.
Escúchalos
Haz que se sientan queridos y escuchados, no los dejes solitos. Háblales, que noten que estás ahí para ellos. Si ves que te responden... ya estás tardando en pedir cita con el psiquiatra.